Al oír Galápagos, quienes tienen una mínima noción de este lugar, inmediatamente lo identifican con la conservación, especies únicas, y un paraíso en el cual el hombre puede convivir en armonía con la naturaleza. Y es una realidad, las islas ubicadas aproximadamente a 1.000 km del continente, pertenecen al Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador, teniendo un 97,3 % de su superficie bajo esta categoría. Según expertos, este archipiélago volcánico es encuadrado como el mejor conservado del mundo, siendo declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio de la Humanidad. Las islas cuentan con dos áreas protegidas, el Parque Nacional Galápagos, y la Reserva Marina de Galápagos, ambas administradas bajo la órbita de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG).
De esta manera, no sólo se transforma por lo descripto anteriormente, en un lugar de acogida para científicos de todo el mundo, sino también para todos aquellos visitantes que tienen ganas de conocer este verdadero paraíso, convirtiéndolo en un destino muy atractivo. Existen varios aeropuertos de ingreso, distribuidos en tres de sus islas: Isabela, San Cristóbal y Baltra, utilizando actualmente los dos últimos, y ya quedando algo en desuso el primero. El aeropuerto de Baltra (más concurrido), y antigua base militar estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, fue construido siguiendo ciertos lineamientos de sustentabilidad. Por su optimización en el uso de agua y energía, entre otros beneficios, este aeropuerto llamado “Seymour”, es el primero en el mundo en recibir, como construcción completa, la certificación LEED Gold, que por sus siglas en inglés significan Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental, y que se concede a las mejores construcciones sustentables del mundo.
El hecho de arribar, ya es toda una aventura. Antes que nada, debe adquirirse la Tarjeta de Control de Tránsito (TCT), un pequeño formulario que debe ser completado por toda aquella persona que viaje hacia Galápagos, en las oficinas de esta provincia del Ecuador, en los aeropuertos de Quito o Guayaquil.
Abonada esta tarjeta, se pasa por la inspección de la ABG, una agencia encargada de la bioseguridad, cuyo objetivo es el control de especies invasoras que atenten contra la biodiversidad de las islas. Ya en el avión, y antes del aterrizaje, la cabina del mismo será fumigada con un producto inocuo aprobado por la Organización Mundial de la Salud, para eliminar cualquier organismo que pueda estar fuera del alcance de la inspección detallada con anterioridad.
Al arribar a las islas, se procederá a la entrega de la TCT, y el posterior pago de un tributo de ingreso, del cual un 45% del mismo se encuentra destinado a la conservación del Parque Nacional. Una vez que se deja el aeropuerto, debe atravesarse en ferry el Canal de Itabaca, que separa a las islas de Baltra al norte, y Santa Cruz (más poblada) al sur. Ya en esta última, comienza un viaje a través de la misma hacia la localidad de Puerto Ayora, que es una de las más visitadas del archipiélago, y utilizada por muchos como base para recorrer el resto de las islas que lo conforman. Aquí tiene su sede central la Dirección del Parque Nacional Galápagos, que como bien se ha mencionado, es el principal organismo encargado de la conservación de este destino.
Pero al ser un sitio tan vulnerable en cuanto a su ecosistema y variedad de especies que aloja, debe tratarse con mucha profesionalidad el manejo del turismo allí. Y aquí es donde intervienen algunos organismos más, encargados de conservar las islas:
- Ministerio de Turismo
- Ministerio del Ambiente
- Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos
- Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo
- Municipios
- Gobiernos Autónomos Descentralizados Parroquiales Rurales de Galápagos
- Cámara de Turismo de Galápagos
Todas estas instituciones, con el apoyo de World Wildlife Fund Inc. (WWF) y la DPNG, integran el Observatorio de Turismo de Galápagos, el cual a través de la sinergia de estos organismos, nuclea datos y estadísticas sobre el archipiélago, con el fin de optimizar la toma de decisiones con respecto al manejo de visitantes. La información, sumamente importante, comprende cuatro puntos destacados:
- Demanda: indicadores sobre los visitantes que arriban a Galápagos.
- Oferta: Indicadores sobre la oferta de servicios turísticos autorizados.
- Ambiente: indicadores del comportamiento de negocios turísticos frente a los ecosistemas de Galápagos. Muestra cual es el nivel de consumo de recursos naturales de la actividad turística.
- Sociedad: indicadores sobre empleo y generación de ingresos relacionados a la actividad turística de Galápagos.
Esta información es procesada por la Dirección del Parque Nacional, gracias al aporte hecho por cada uno de los visitantes mediante su Tarjeta de Control de Tránsito. Esta Dirección también posee un sistema de gestión de visitantes, por el cual administra los sitios de visita del archipiélago, tanto terrestres como marinos. Este sistema consta de cuatro partes: la zonificación, en la cual se le otorgan categorías a cada sitio teniendo en cuenta el ecosistema de cada lugar en particular, como la cantidad de visitantes que pueden ingresar y su comportamiento; la carga aceptable de visitantes en cada uno de los sitios; el monitoreo turístico sobre los sitios de visita, del cual son actores fundamentales los guías naturalistas habilitados por la DPNG, ya que realizan informes en cada uno de sus recorridos advirtiendo sobre diversos inconvenientes o hechos relevantes sobre estos lugares; y por último nos encontramos con los itinerarios, ya que las islas puedan visitarse de dos maneras: por cuenta propia, o en crucero navegable con diversas paradas. Aquí actúa la DPNG regulando a los diversos operadores y autorizándolos o no, a recorrer una cierta cantidad de lugares en determinados días, bajo diferentes modalidades de embarcaciones, como por ejemplo: tour de buceo, tour diario, tour de bahía y buceo.
Todas estas medidas denotan el espacio único que ocupa este archipiélago en el mundo, y la responsabilidad que esto acarrea consigo, teniendo como premisa fundamental el cuidado de las áreas protegidas para el disfrute y goce de futuras generaciones, debiéndose conservar en el presente rigurosamente.
Actualmente existe un debate debido al gran crecimiento del turismo en las islas, superando ya los 200.000 visitantes anuales, y generando el interrogante de hasta qué punto es tolerable el arribo de tatos visitantes, y como debe regularse esto. Así quedan planteadas a futuro diferentes medidas, con el fin de seguir desarrollando el turismo de una manera sustentable, conservando el ambiente, contribuyendo económicamente a la comunidad y coexistiendo armoniosamente con los visitantes que arriban día a día a Galápagos.
Mauricio Pescio, licenciado en turismo y hotelería (Argentina)
Fuentes consultadas:
galapagospark.org
observatoriogalapagos.gob.ec
eluniverso.com
Fotos: Mauricio Pescio
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