viernes, 11 de julio de 2014

Si todo volviera a empezar

“Y ahí está… lo que nos dicen que debe ser admirado,
conviviendo con lo aún no descubierto…”

Me pregunto ¿qué pasaría si algún día alguien, imitando a Shi Huang Ti (el primer emperador chino, quién ordenó a quemar todos los libros para que la historia comenzara con él) decidiera quemar todas las guías turísticas del mundo… Si no hubiera forma alguna de saber que atractivos turísticos posee un lugar, que Patrimonio debe ser valorado y conservado para el presente y las futuras generaciones?
Si el turista estaría perdido, si todo debiera volver a empezar…
¿Qué construcción del Patrimonio haríamos? ¿Qué historia elegiríamos contar?
Una de las materias primas que el Turismo posee es el Patrimonio, ya sea cultural o natural, tangible o intangible. Lugares que por su belleza natural o por el significado e historia que encierran, son dignos de conservarse.
Pero ¿Cuál es la paradoja de esto? Por un lado, el Patrimonio es una construcción social, y por el otro, es la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) la institución encargada de elegir y distinguir, a ciertos paisajes, construcciones o elementos intangibles, con la categoría de “Patrimonio Mundial de la Humanidad”.
Esta categoría surge en 1972 a partir de la convención de la UNESCO y se constituye como una forma de proteger ciertos bienes históricos y culturales frente a las amenazas que sufrían bajo el impacto del modelo capitalista.
Sin embargo, podemos pensar ¿cuáles son los criterios que se utilizan para categorizar ciertos bienes como patrimonio?, ¿qué actores son los que definen estos criterios?, y ¿cuáles son los efectos sociales que estas declaratorias producen?
En cuanto a los criterios de elección, los bienes culturales deben cumplir alguno de estos requisitos:
·         Representar una obra maestra del genio creativo humano.
·         Ser la manifestación de un intercambio de valores humanos
·         Aportar un testimonio único de una tradición cultural o de una civilización
·         Ser un ejemplo arquitectónico o tecnológico, o de paisaje que ilustre una etapa significativa de la historia de la humanidad.
·         Constituir un ejemplo sobresaliente de hábitat o establecimiento humano tradicional, representativo de una cultura.
·         Estar directamente asociado con acontecimientos o tradiciones vivas, ideas, creencias, o con obras artísticas o literarias de significado universal excepcional.
Podemos reflexionar sobre estos criterios como lo expresa Bonfil en Pensar nuestra cultura (1991), “los valores intrínsecos, pretendidamente absolutos y universales, son siempre valores culturales, el supuesto patrimonio universal no es otra cosa que la selección de ciertos bienes de diversas culturas en función de criterios esencialmente occidentales”.
Es muy frecuente que la población local posea una visión monumentalista y lejana sobre el Patrimonio, ya que se tiende a valorar la historia de las clases dominantes y poco o nada se tiene en cuenta a la historia popular.
En muchas ocasiones también, luego de la declaratoria de la UNESCO la comunidad local es relegada, y posee serios problemas para acceder al Patrimonio o ser parte de los beneficios turísticos que esto conlleva. Tal es el caso de la Quebrada de Humahuaca, en el norte de nuestro país.[1]
El valor simbólico del patrimonio cultural, como expresión de una identidad y memoria colectiva y como un patrimonio vivido y compartido, entra en contradicción con la lógica homogeneizante y comercial con la cual se ha orientado la gestión actual de los patrimonios globales- locales. [2]
¿Cómo apuntar a un Turismo Sostenible en estos escenarios? ¿Cómo hacer frente a este Patrimonio, sin ver a la UNESCO como el enemigo, sin pensar que lo global debe ir en contra de lo local?
Quizás, a la hora de planificar nuestro viaje, dejarnos sorprender. Y saber que no hay mejor guía turística que la voz de un habitante local. Que el Patrimonio valorado por una comunidad puede ser más brillante aún que cualquier Patrimonio incluido en una lista elaborada por pocos.
Porque, en palabras de Eduardo Galeano, “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.

-       Para consultar la lista completa del Patrimonio de la Humanidad puedes dirigirte al siguiente enlace:
-       Para adquirir más información sobre la UNESCO, su página web es la siguiente: http://www.unesco.org/

Marcela Navarro
Estudiante de la Licenciatura en Turismo de la Universidad Nacional de Lanús,
colaboradora voluntaria del Instituto de Turismo Sostenible para América Latina y el Caribe



[1] Puedes encontrar el análisis de este caso en el siguiente link: http://www.scielo.org.ar/pdf/eypt/v18n2/v18n2a03.pdf
[2] Rosa María Guerrero Valdebenito,  Identidades territoriales y Patrimonio Cultural: La apropiación del patrimonio mundial en los espacios urbanos locales. Disponible en http://web.upla.cl/revistafaro/n2/02_guerrero.htm

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