El turismo, como actividad económica, no se encuentra aislado de la realidad ni de los cambios sociales que ocurren en ella. En las últimas décadas, ha aumentado el acceso de la mujer al mercado laboral, y la actividad turística no fue una excepción a ello.El trabajo refuerza la independencia, la autoestima. Y el turismo puede ser una herramienta eficaz para la inclusión de la mujer, para el logro de una igualdad de oportunidades.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 49% del total de empleos del sector turístico están hoy en día ocupados por mujeres, si bien las diferencias por países son significativas (con niveles que varían entre el 2% y el 80%). El porcentaje de mujeres empresarias es casi el doble en el sector turístico que en la media de sectores económicos (el 36%, frente al 22%) y su poder de decisión a nivel institucional en este ámbito está evolucionando de forma positiva.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) indica que los mejores resultados de los estudios sobre participación de la mujer en el turismo se dan en el Caribe (en torno al 60%), seguido por Latinoamérica, mientras que los peores se dan en los estados árabes de Asia y el Norte de África. Es claro que el estudio del empoderamiento de las mujeres a través del turismo no es una ciencia exacta, sino que se encuentra determinada culturalmente y difiere según etnia, clase, edad y nacionalidad.
Como organismo especializado de las Naciones Unidas en el ámbito del turismo, la Organización Mundial del Turismo tiene el deber de promover que el turismo afecte positivamente en la vida de las mujeres, para que, de ese modo, contribuya al logro del tercer Objetivo de Desarrollo del Milenio: “promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer”.
Más allá de los datos estadísticos, a veces la realidad es muy distinta. Las mujeres suelen ocupar empleos de más baja remuneración que los hombres y con pocas posibilidades de ascenso. En muchas ocasiones, estas actividades se llevan a cabo dentro del sector informal o por temporada. Esto, en el mejor de los casos, cuando la mujer llega a obtener un empleo. De lo contrario, también ocurren lamentables casos de turismo sexual, donde, en especial adolescentes, son ofrecidas como atracción a los turistas.
Pero no todo es oscuro, también existen cuestiones positivas, que no podemos evitar resaltar. En los países en desarrollo – donde las mujeres gozan de un menor acceso a la educación y generalmente tienen mayores responsabilidades en el hogar, el turismo ofrece posibilidades de negocios que pueden desarrollarse en la propia casa (gastronomía, artesanías) lo que facilita la tarea de las mujeres. Además es una oportunidad para mujeres emprendedoras que desean agruparse en pos de su labor; este situación en zonas rurales se destaca aún más.
La OMT junto a la ONU ha emitido un Informe Mundial sobre las Mujeres en el Turismo, en el que elaboró recomendaciones para las diversas temáticas. Estas son:
“Empleo
Aumentar la conciencia del importante papel económico que tienen las mujeres en la industria del turismo. Reforzar la protección legal, incluyendo las normas de salario mínimo y leyes de igualdad salarial. Mejorar los requisitos para los permisos por maternidad, horarios flexibles, opciones de trabajo desde el hogar, y provisiones para el cuidado infantil.
Emprendimiento
Facilitar emprendimientos turísticos que garanticen el acceso al crédito, a la tierra y a la propiedad de las mujeres, así como la formación y los recursos apropiados para apoyar a sus empresas.
Educación
Promover la participación de las mujeres en la formación en turismo y mejorar el nivel de formación a través de un programa de acción estratégico y específico de aquellas que ya se encuentran trabajando en las distintas áreas de la industria.
Liderazgo
Apoyar el liderazgo de las mujeres en la industria del turismo en todos sus ámbitos: sector público, sector privado, y gestión comunitaria a través de programas de liderazgo nacional y en empresas turísticas de grande, mediana y pequeña escala.
Comunidad
Garantizar el reconocimiento y la recompensa de la contribución de las mujeres al desarrollo comunitario tomando en cuenta el trabajo no remunerado que efectúan y supervisando las actividades de turismo desplegadas en el hogar y en la comunidad”.
Muchas mujeres han desafiado los roles y los estereotipos culturales y han sostenido a sus familias y comunidades a través la actividad turística. Por ellas, y para que su lugar siga creciendo, es que debemos trabajar día a día.
Feliz día de la mujer!
Marcela Navarro,
Licenciada en Turismo en la Universidad Nacional de Lanús,
colaboradora voluntaria del Instituto de Turismo Sostenible para América Latina y el Caribe.
Fuentes:
destinosolidario.org
ethics.unwto.org/es
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