domingo, 22 de julio de 2012

Los actores del turismo sostenible


Es notable para mi una tendencia exagerada a considerar al desarrollo turístico como patrimonio exclusivo de los sectores publico y privado. No en el discurso, claro, pero si en la verdadera inclusión de las comunidades anfitrionas y de las Universidades y Organizaciones de la Sociedad Civil. 

Si bien es cierto que se notan progresos en el diálogo y la incorporación de otras voces en el proceso de planificación y gestión del desarrollo turístico en nuestro país, aún tenemos muchas cosas para aprender, y existe una responsabilidad colectiva para allanar el camino que permita la existencia de genuinos procesos participativos que incorporen procedimientos de consulta transparentes, democráticos y que produzcan resultados visibles en la implementación de mejores practicas públicas y privadas y una mejora en la calidad de vida en los destinos turísticos. 

No debemos incorporar formalmente el tema de la participación pública en la discusión y toma de decisiones, no sólo coyunturales, sino además estratégicas, como siguiendo una moda de lo que se supone que debemos mostrar que hacemos, sino como un elemento que permita mejorar las posibilidades de éxito en la implementación de una política determinada. 

La planificación, en cualquier área, y también en la turística, debe funcionar como una suerte de antiazar; como leí alguna vez, un modo de romper la lógica propia de un mercado, que en el caso del turismo muestra muchas veces su peor cara cuando maximiza la renta de los inversores externos y condena a la población local a vivir en el margen de la riqueza que genera el turismo y a soportar los impactos, a veces crueles, de ese desarrollo. 

La planificación, en tanto antiazar, si es participativa permite, al incorporar las miradas y saberes e inquietudes de un grupo interesado y objetivamente afectado por el resultado de esa planificación, garantizar de mejor modo el compromiso de las partes para el cumplimiento de lo acordado. 

Pero claro que este es un proceso que no pertenece al universo de las ciencias exactas, es un proceso que involucra personas y no es perfecto, pero en su origen, en la consulta, radica la fortaleza de sus resultados. Es ésa la razón y no la moda, lo que debe convencer a los decisores políticos acerca de la importancia de incorporar a todos los actores relevantes en la planificación, la gestión y el monitoreo del desarrollo turístico, para construir sostenibilidad.


Fabián Román

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