Chacala, Nayarit, ubicado en la costa del Pacífico mexicano, pueblo de trescientos habitantes, rodeado de petroglifos. Sede de un proyecto que no es alcanzado por el turismo convencional.
En su interior existe una movilización comunitaria en pro del desarrollo local y del turismo rural. Se organizan los “benefactores” (donantes) y “beneficiarios” (futuros propietarios) para la construcción de casas que cuentan, por lo menos, con un cuarto turístico y creación de negocios familiares complementarios que atiendan al visitante.
Dentro de esta tendencia turística se está consciente de la realidad ecológica, sociocultural y económica de las regiones y por ende, se tiene el compromiso ante el desarrollo sustentable local, tanto del visitante como del anfitrión. Hablamos de construcciones que coexisten con el medio ambiente, diseñadas con calefactores de agua con energía solar, mejores sistemas de aprovechamiento del agua residual.
Sus mujeres, como protagonistas locales y microempresarias, apoyan y promueven el desarrollo de su comunidad, los valores de la familia y la gastronomía local.
Existen en Chacala seis casas que portan visiblemente el emblema de “Techos de México”, estrategia que les permite tener un mejor alcance mercadotécnico. Todos los que trabajan dentro de este proyecto se reúnen en asambleas y cursos de capacitación, cuentan con un manual donde se establecen los requerimientos para operar y ofrecer el producto. Se convierten en socios activos y comprometidos con un fin común.
Para ser miembro hay que contar con el título de propiedad y cumplir con el contrato de crédito que se firma ante el Fondo de la Asociación de casas y cuartos turísticos de Chacala Nayarit. Manejan una modalidad de tiempo compartido social donde los donantes de materiales para construcción son recompensados con el uso de cuartos turísticos, permitiendo que la inversión se torne menos capitalista.
“Techos de México”, un ejemplo tácito de la organización comunitaria y los alcances de las alianzas estratégicas de los verdaderos protagonistas de las regiones mexicanas, sus habitantes, con organismos que se preocupan por el verdadero desarrollo, y promueven con el turismo rural la esencia de la cultura de un pueblo, y alberga a turistas nacionales y extranjeros bajo “Techos de México”.
Mathieu Le Hénaff
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